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lunes, 14 de julio de 2014

Los Valles de Àneu, sorpresa natural

 
Observatorio de aves en la Mollera d'Escalarre.
Los valles de Àneu (Valls d’Àneu), en Lleida, son probablemente uno de los destinos más completos en cuanto a fauna, flora y paisajes del Pirineo. Su naturaleza es sobresaliente y buena parte de su territorio está englobado dentro del mayor parque natural catalán: el Alt Pirineu, y en parte también en el parque nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Así pues, con sus dominios septentrionales dentro del Alt Pirineu y los meridionales dentro del único parque nacional de Cataluña, os podéis ir haciendo una idea de la cantidad de recursos naturales que atesoran estos valles. Algunos de ellos de auténtico podium dentro de la naturaleza ibérica.
València y Gerdar forman el mayor bosque de abetos de la península Ibérica.


Los valles de Àneu están formados por el valle de Montgarri, el valle de Isil, el valle de Arreu, el valle de Àneu, el valle de Unarre, el valle de Berrós, el valle de Escart y el valle de Espot. Entre todos, ofrecen un abanico de atractivos naturales de media y alta montaña de primer orden, con todos sus elementos paisajísticos asociados en forma de circos glaciares, un buen puñado de los lagos de montaña de origen glaciar, prados y roquedos, bosques impenetrables, cursos fluviales, etc.
 
Cabecera del valle de la Bonaigua desde el puerto. Al fondo el valle de Gerber.

Por citar algunos de sus mejores ejemplos, contaros la profusión y belleza de los lagos de montaña en el valle del l’Escrita, dentro del parque nacional, o los bosques de abeto de la mata de València y la mata de Gerdar (en realidad una sola mancha forestal que es el mayor bosque de abetos de España). Entre los ilustres habitantes de estos valles se encuentran tres de las especies más amenazadas: el oso pardo, el quebrantahuesos y el urogallo. Pero también muchas otras como ciervos, gamos, corzos, tejones, ginetas, nutrias, pitos negros, mochuelos boreales, etc.
 
Amitges, en el parque nacional de Aigüestortes y Estany Sant Maurici.
Entre los estanys, personalmente me quedo con los de La Gola (y Tres Estanys, en Unarre), el estany de Sant Maurici, los de Amitges, el estany Negre de Peguera, el estany Gerber y los estanys de Cabanes. Entre los bosques de coníferas (abetales, pino silvestre, pino negro) y frondosas (hayas, avellanos, abedules, etc.) me gustan especialmente los citados abetales de València y Gerdar, y el bosque de Bonabé. Este último es probablemente la mejor representación de hábitat para el oso pardo (y urogallo, etc.).
 
Un sendero perimetral con observatorios permite recorrer la Mollera.
Una de las mejores experiencias que he tenido en el Pirineo leridano es recorrer el valle de Montgarri acompañando al recién nacido río Noguera Pallaresa y disfrutar del bosque osero de Bonabé. Un enclave mágico que, en silencio, es una sorpresa natural constante. Río abajo se llega además a las praderas de Perosa, con una borda ganadera de postal y algunas coníferas de porte descomunal catalogadas como árbol monumental. En el pueblo de Isil está la Casa del Oso Pardo, un lugar de visita obligada si os gusta el mundo del oso y desde la que organizan actividades y salidas de campo para conocer su hábitat. En la cordillera hay una subpoblación del Pirineo occidental de 2 osos y una subpoblación del Pirineo central (la de esta zona) de 20-25 osos.


Garza real en la Mollera d'Escalarre

Unos kilómetros más adelante, en la zona de la Guingueta d’Àneu (de fácil acceso junto a la carretera C-28), el Noguera Pallaresa ofrece un hábitat de ciénaga singular conocido como la Mollerad’Escalarre. Es un enclave muy interesante desde el punto de vista ornitológico (hay pasarelas y observatorios) y también hogar de la nutria. Recuerdo un día al caer la tarde mientras observaba un par de garzas reales cómo una corza, que había bajado a beber delante de ellas, asomaba su cabeza entre la vegetación sorprendida por mi presencia. El sorprendido y afortunado sin duda era yo, así que me dispuse a sacar una foto del momento y que he querido compartir con vosotros como símbolo de unos valles que son una auténtica sorpresa natural, y en los que en busca de oso se puede uno topar con un urogallo o el martilleo de un pito negro o, en los que a pesar de estar viendo aves, se puede compartir atardecer con los corzos o gamos que aquí proliferan. Lujo natural lo llamo yo.
Una agradable sorpresa...

Borda Perosa.



Y no os marchéis sin una visita a otros dos lugares de sumo interés como son el Ecomuseo de Esterri d’Àneu y el centro MònNatura Pirineos (en Planes de Son). Uff!! Podría seguir enumerando cosas, pero el post sería interminable…

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